viernes, 2 de diciembre de 2011

Desparejo.

Parar.
Cuando todos gritan y de tanto aire asfixia.
Detenerse en medio del tumulto de la gente
y sonreír.
Caras serias, caras arrugadas, pies caminacorriendo,
niños volando del brazo de su madre
maletines, trajes, ojotas, uniformes.
Relojes, teléfonos, colectivos sin mas asientos.
Autos, motos, hippies, cartoneros.
Parar.
Reírse a mitad de la calle y que te encuentren desubicada,
desentonar con las notas de la música que la ciudad canta.

Una melodía rara suena en mi cabeza
y me causa placer esperar  la nota que nunca llega,
porque no sigue como imagino,
no es el ritmo que antes hizo,
se pierde la sorpresa cuando todo es predecible,
y la rutina cansa y aburre y deprime,

Por eso desentona!
y llama la atención
puede frenar el aire con su imaginación

Paran, sonríen, se quejan,
fruncen la ceja, de caras boquiabiertas

Pero si la melodía hubiera sido como esperaban, perfecta
cada nota siguiendo el curso que le ordenan,
entonces nadie se habría detenido a apreciar lo hermosa que era, 
"si tocamos la nota que nadie espera, el mundo entero se desconcierta"


Tomar la mano de esta anciana y caminar por un rato,
que te mire y te sonría sin entender un carajo, 
Hacer la película mas alucinante
sin cámaras, sin directores, 
solo personajes y espectadores.

Reírse. 

Cruzar la calle bailando y escuchar las bocinas,
un niño por la ventana del auto se siente avergonzado,
pero sonríe, sonríe, sonríe, sonríe.

Calzarme una nariz de payaso y leer los rostros de la gente.
¿En que lugar empieza el limite de nuestro simiente? 

Crecer, cambiar, creer, entregar, DESPOJARSE.

Morir en sus brazos, y despertar rejuvenecida, para: 

Reír.
Reírnos.
Reírse. 


"Enjugara Dios toda lagrima de los ojos de ellos; y ya no habrá mas muerte, ni habrá mas llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron."
Apocalipsis 21:4

No hay comentarios:

Publicar un comentario